Ana Cañete, librera de Casa del Libro CC La Vital Gandia: “#UnaDulceHistoria tuvo muy buena acogida y fue un regalo recurrente en fechas señaladas”
Casa del Libro del Centro Comercial La Vital de Gandia es una de las librerías que tiene entre sus estanterías #UnaDulceHistoria del CEO de Vicky Foods, Rafa Juan. Nos acercamos hasta sus instalaciones para descubrir cuál está siendo la acogida de la publicación tras un año de su lanzamiento. Hablamos con una de sus libreras, Ana Cañete.
Muchísimas gracias Ana por abrirnos las puertas de Casa del Libro. ¿Cómo está siendo la respuesta del público a #UnaDulceHistoria?
La respuesta ha sido muy buena. Hay que tener en cuenta la volubilidad de los hábitos de lectura y de compra en el marco de la pandemia. En un contexto aparentemente desalentador, Una Dulce Historia tuvo muy buena acogida y fue un regalo recurrente en fechas señaladas, como la Navidad o el Día del Libro.
¿Por qué es tan importante que las librerías acojan todo tipo de géneros?
Creo que existen dos respuestas a esta pregunta. Quizás la más obvia, y de carácter más técnico es por una pura diversificación del mercado. Esto es algo que choca un poco en el mundo del libro. Si preguntas a cualquier amante de la lectura, podemos decir que los libros tienen “algo” que rebasa cualquier lógica mercantil. Hay algo romántico en el papel y en la tinta. Casi anacrónico. Así que la otra respuesta es que, como decimos en Casa del Libro, “leas lo que leas, esta es tu casa”. Es algo que tiene que ver más con esa pasión que compartimos los lectores, independientemente de nuestro género predilecto de lectura.
Para ti como librera y lectora, ¿qué significa esta #UnaDulceHistoria?
Parecerá exagerado traer a colación el leimotiv de la magdalena de Proust. Pero estoy segura que cualquier local que pase recurrentemente por la entrada a Gandia puede rememorar fácilmente el aroma que desprenden las chimeneas de esas fábricas. Para ser una obra de no ficción tiene un montón de componentes novelescos. Rasgos que le otorgan un carácter literario muy marcado y que vienen de la mano del propio Rafa Juan. Esa es la verdadera historia detrás del libro. Tiene nombre propio y todas las características de los relatos que nos gustan. Una historia que va de lo particular a lo global. Es la historia de una empresa, pero sobre todo de una familia.
¿Cómo definiría una librería?
Una librería es un lugar de encuentro. Esa es nuestra seña de identidad, eso es Casa del Libro. Intentamos poner a disposición de todos nuestros clientes nuestro amor por los libros y nuestro conocimiento. Y a veces sucede al revés y son los lectores los que comparten con nosotros y nos enseñan un montón de cosas. Ocurre constantemente entre nuestros socios. Los libros tienen algo trascendental. A diferencia de otros comercios, hay algo en los libros que te atrapa, incluso antes de leerlos. El diseño de una portada, un título, un tema en particular, la manera en la que, expuesto de una forma determinada, un libro es capaz de llamarte desde una estantería. Es algo parecido a preparar un viaje. Disfrutamos tanto o incluso más, de la previa. En las librerías los lectores disfrutan de ese deambular anterior a la elección que harán. Antes de encontrarse con ese libro, a veces distinto del que venían a buscar.
¿Qué aprende el librero de los lectores? Y según su experiencia, ¿qué debe darles?
Como te decía, el aprendizaje es un proceso fundamental que se da de forma natural en nuestro oficio. Tenemos que estar al día, constantemente. No importa si se trata de un clásico, la última novela de esa escritora que está arrollando en redes sociales o si es un manual universitario para anatomía avanzada o un libro de cocina… Los lectores acuden a nosotros con la confianza de que en Casa del Libro siempre sabremos qué libro necesitan. Es un proceso parecido a hacer un regalo.
¿Cómo ve el futuro de las librerías?
Creo que vivimos un momento muy interesante. Algo así como el “día de mañana”. Todo avanza muy deprisa y no hay que perder de vista el foco: nuestra comunidad lectora. Esa tiene que ser siempre la meta de nuestro trabajo. Donde haya un lector, deberá estar Casa del Libro, de una forma lábil y omnicanal. No importa el lugar o la forma de compra. No importa desde dónde pagues o dónde recojas tu libro. ¿En qué formato prefieres leer? Del mismo modo que hablábamos de pluralidad en la experiencia lectora, es necesaria una pluralidad en la misma experiencia de compra. Por esto es tan importante para nosotros cuidar el detalle en lo que hacemos. Tenemos disponible un catálogo con más de 1.000.000 referencias de libros en papel y 700.000 libros digitales. Puedes comprar en una de nuestras tiendas y recoger en otra… o bien hacer una compra online y lo tienes a punto en tu tienda o en casa a las 24h. De la misma manera, nuestro programa de socios, que es totalmente gratuito, está pensado no solo para que nuestros clientes estén siempre al día, sino también para facilitarles esa experiencia y hacerla mucho más satisfactoria con descuentos y promociones. Al final creo que no sería coherente de otra manera.
¿La gente lee igual, más o menos que antes?
Cuando hablamos de lectura existe un “tópico” muy extendido. Siempre oirás que se dice “que la gente ya no lee como antes”. No creo que eso sea cierto. Puede que hayan cambiado los hábitos, la forma en la que uno lee. Pero no el hecho en sí de leer. Cada vez leemos más… y está mucho más democratizado el mundo del libro. En Casa del Libro nos enorgullece seguir abriendo librerías. Y géneros como el cómic o el manga están en alza. Cada vez se celebran más salones, salen nuevas colecciones, más premios, más ferias… La comunidad de jóvenes lectores no solo lee más, si no que recomienda más y más rápido que nunca a través de redes sociales. Y lo mismo ocurre con la narrativa en general. Todo esto no hizo más que consolidarse durante la pandemia. Y a los lectores habituales se unieron nuevos. Los que habían perdido el hábito lo recuperaron. Así que vivimos un panorama alentador.
¿Cuál es la anécdota más divertida que has vivido como librera?
¡Algunas no pueden contarse! Pero os invito a que investiguéis… hay varios libros sobre anécdotas escritos por libreros, y cualquiera que comparta el oficio creo que puede sentirse identificado. Son incontables. Muchos niños nos traen dibujos o nos dicen que somos su librería preferida. También se dan debates muy interesantes en nuestro club de lectura. Elegir un libro siempre es divertido… y ponerlo en común y ver lo distinto que parece a unos y a otros… da para unas risas (aunque a veces nos pongamos muy serios). Otras veces los clientes se acuerdan de un libro que vieron en nuestra librería unos días atrás, pero no recuerdan el autor o su título. Ahí se activa un proceso detectivesco que da para muchas risas.
Hay una frase del legendario editor André Schiffrin, “la librería ideal no es la que tiene el libro que andas buscando, sino la que te vende el libro que no sabías que querías”. ¿Recomendaría este libro de empresa familiar?
¡Por supuesto! Porque además de todo lo que comentábamos antes, es un libro que puede encajar con muchos tipos de lectores. Tiene un cariz biográfico evidente para todo el que esté interesado en la historia de Dulcesol y Vicky Foods. Funciona también como historia de amor y superación personal y familiar. Por otro lado, para los amantes de la narrativa del tipo empresarial, Una Dulce Historia es uno de esos ejemplos que funciona como historia-espejo hacia lo que uno quiere aspirar… y, sobre todo, tener éxito.