Entrevista Pepe Soler para #UnaDulceHistoria

Pepe Soler: “#UnaDulceHistoria da una lección de que los sueños son posibles con esfuerzo, tenacidad y trabajo”

Pepe Soler

Pepe Soler Borràs es vecino del municipio de Villalonga y una persona amante de la lectura. Su cariño hacia la familia Juan Fernández se plasma en las diferentes líneas de esta entrevista que, además, está repleta de humildad y agradecimiento.

– #UnaDulceHistoria forma parte, también, de las personas que rodean a la familia Juan Fernández. Usted mantenía una bonita relación con la cofundadora de Vicky Foods, Victoria Fernández, ¿cómo la definiría?

Definir a Victoria es complejo, era una mujer polifacética. Al conocerla, yo ya me percaté de que ella era una persona avanzada a su tiempo, era raro en aquella época descubrir a una mujer tan emprendedora y con visión de futuro.
Era culta, inteligente y brillante. Disfrutaba de conversar sobre cualquier tema de la vida especialmente sobre la empresa y el trabajo. Siempre vi en ella una empresaria nata.
Otra de sus cualidades era la del empeño, cuando algo quería conseguir, nunca se daba por vencida. Se crecía ante las adversidades. Los inicios de la empresa, en ocasiones, fueron difíciles para el matrimonio, pero incluso la precoz pérdida de su marido no frenó sus sueños.
Si hablo de Victoria, es necesario hablar de humildad. Hacía las cosas porque le ilusionaban y era una gran luchadora. Nunca buscaba el reconocimiento público. Muchos somos los que sabemos de sus ayudas anónimas. Era una persona muy generosa y agradecida.

– ¿Qué tipo de relación mantenía con Victoria? ¿Podría aportar alguna anécdota vivida con ella?

Realmente mi relación con el matrimonio Antonio Juan y Victoria Fernández se inició a través de su hijo Juanjo, al que tanta estima tengo. Yo fui su maestro de Primaria durante mis primeros años en Villalonga. En esos momentos forjé con la familia Juan Fernández una amistad que fue más allá de lo puramente escolar.
Juanjo era un alumno con muchas inquietudes y él junto a sus compañeros, formaban un equipo que todo maestro quisiera tener. A lo largo de los años mi relación con estos alumnos ha derivado en un entrañable cariño mutuo.
Victoria era una madre muy implicada en la formación de sus hijos. Como mujer observadora e inteligente que era, supo ver que Juanjo disfrutaba compartiendo aficiones y experiencias conmigo. Ella fomentaba esta relación y de aquí surgió nuestra amistad entre familias.
Como ya he dicho antes, Victoria era generosa. Cuando yo estuve enfermo, en una de sus visitas, observó que yo casi no comía y me alimentaba con sus panecillos de leche. A partir de entonces, venía a mi casa de veraneo de Beniarjó cargada con cajas de panecillos Dulcesol. Eso nunca lo olvidaré. Siempre se dice que en los momentos malos se demuestra la verdadera amistad.
Ella era muy agradecida y siempre nos lo demostró a mi esposa y a mí. En alguna conversación con alguien, se enteró de que yo había vendido mi piso de Villalonga con la intención de marcharme a vivir y trabajar en Gandia. Vino a mi casa y mostró su preocupación por mi posible traslado, siempre sobrevaloró mi labor como maestro de su hijo. Yo le expliqué que esa situación, a pesar de no tener ya vivienda propia en Villalonga, estaba descartada. Mis hijas fueron determinantes en la decisión de quedarnos en el pueblo. En ese momento y sin dudarlo, Victoria nos ofreció un piso de su propiedad que yo luego, más tarde, compré. Siempre recordaré que ella me lo vendió y el notario muy socarronamente dijo: “¡Qué raro! Hoy Doña Victoria viene a vender”.
Por todo esto y por muchas más cosas, mi familia estará siempre agradecida a Victoria y su familia.

– ¿Cómo se vivió en Villalonga tanto los inicios como la evolución de esta empresa familiar que arrancó como panificadora evolucionando hasta convertirse en una gran compañía nacional e internacional?

Yo creo que en Villalonga muchos no éramos conscientes de lo que en ese momento se estaba gestando.
Sabíamos que la fábrica iba creciendo, que funcionaba bien y ampliaba la plantilla de trabajadores… pero no imaginábamos de qué modo el sueño de Victoria iba a hacerse realidad.
El crecimiento se ha realizado de forma silenciosa a base de trabajo, esfuerzo y noches sin dormir. Victoria me comentaba en nuestras charlas las largas noches de preocupación por los pasos dados para hacer crecer la empresa.

– Además de su relación con Victoria, también conoció a Rafa Juan cuando era monitor del grupo de scouts. ¿Qué caracterizaba a Rafa por aquel momento? ¿Algún momento vivido con él que quiera compartir?

Conocía a Rafa de siempre pero nuestra relación se intensificó cuando Ángeles, su novia entonces, y él se incorporaron al Grupo Scout “Villalonga de la Safor” al cual yo también pertenecía en calidad de secretario del Comité de Padres de la asociación.
Rafa mostraba la ilusión propia de la juventud y el ímpetu y responsabilidad inculcados por sus padres.
Simpático, empático, educado, formal, trabajador y siempre con la sonrisa en los labios. Así lo recuerdo.
Tal era su compromiso que estando juntos acampados en Tuéjar (Els Serrans) a casi 200 kilómetros de Villalonga y en el mes de agosto, le comunicaron una incidencia en la empresa y no dudó en desplazarse, solucionar el problema y volver el mismo día al campamento.
Era querido y apreciado por toda la familia scout. No en balde, muchos de estos scouts que en aquel momento eran prácticamente niños, ahora son trabajadores de Vicky Foods.

– Rafa asegura en #UnaDulceHistoria que «recuerdo la maravillosa experiencia como monitor scout en la que gestionábamos equipos, preparábamos reuniones y actividades de grupo. Fue un aprendizaje del cual entonces no era consciente y que he podido aplicar, muchos años después, en la empresa». ¿Cómo valora estas palabras?

Es un orgullo para mí y todos los que hemos formado parte de la asociación scout leer estas palabras de Rafa.
Cuando unos cuantos padres y madres, impulsados por mi querido amigo Pepín Martí, nos embarcamos en este proyecto pretendíamos acercar a los niños y jóvenes de Villalonga a unas vivencias basadas en la libertad, la igualdad, la solidaridad, la responsabilidad, en un marco de convivencia y respeto.
Rafa ayudó en este reto y es evidente que supo aprovechar estos valores de cooperación y trabajo en grupo en el progreso de la empresa.

– En la actualidad, desde una visión externa, ¿cómo se percibe el crecimiento de esta empresa familiar pasando de la antigua Dulcesol a la gran compañía internacional Vicky Foods encabezada por el CEO, Rafa Juan?

A mí me causa admiración ver que la empresa crece a un nivel que nunca imaginamos y que sigue preocupada por el bienestar de sus trabajadores, por su formación.
Villalonga no sería la misma sin esta empresa. Es el motor económico y social de muchas familias de la comarca.
En una pregunta anterior, he dicho que Victoria siempre se preocupó por la formación de sus tres hijos. Es evidente que su esfuerzo dio buenos resultados. Rafa es un digno sucesor de sus padres.
Siempre que viajo a algún sitio de España y me preguntan dónde vivo, explico con orgullo que vivo en Villalonga, el pueblo donde se fundó Dulcesol.

– ¿Piensa que esta #dulcehistoria refleja los valores que transmitió su cofundadora y que hoy el equipo mantiene en su gestión diaria?

Por supuesto, el libro “Una dulce historia” los transmite claramente. Rafa ha sabido relatar la historia de su familia y su empresa, conceptos que su madre no concebía por separado.
Victoria dejó la empresa en manos de sus hijos cuando ella creyó que estaban preparados pero siguió en la sombra sabiendo cada paso que daban. Nunca dejó de ser empresaria, pero pudo descansar cuando quedó de manifiesto que sus valores habían sido transmitidos a sus hijos y su equipo empresarial.

– ¿Con qué se quedaría de lo leído en este libro? ¿y qué es lo que le ha podido aportar a nivel personal?
– ¿Por qué lo recomendaría?

Lo he leído con mucho interés y su lectura me atrapó desde la primera página pese a conocer la historia de la empresa. Yo llegué a Villalonga en el año 1969, coincidiendo con los inicios de Dulcesol y su progresiva transformación.
El libro me ha aportado el conocimiento desde el interior del funcionamiento y transformación de la empresa hoy en día.
Su lectura la recomendaría porque es amena y amable y da una lección de que los sueños son posibles con esfuerzo, tenacidad y trabajo.

Ha sido un gran acierto denominar a la empresa “Vicky Foods” en homenaje a Victoria Fernández Prieto.
Villalonga siempre le estará agradecida.

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